Cabal
es junto a Toki el mayor éxito de la compañía TAD Corporation, una empresa
japonesa formada dedicada a las máquinas arcade fundada con antiguos miembros
de la poderosa Data East y debe su nombre a su principal miembro fundador,
Tadashi "Tad" Yokoyama, quien ostentó el cargo de presidente hasta el
cierre de la empresa tan solo un lustro después.
El
juego salió en arcades en 1988 y consta de cinco pantallas, cada una con cuatro
fases diferentes. Disponemos de tres botones: el clásico botón de disparo, un
segundo para las granadas –importante su gestión durante toda la partida-, y
por último un tercer botón que nos permite hacer dos tipos de volteretas, muy
útil para esquivar el fuego enemigo. Existe una versión TrackBall que permite
correr, pero en la versión Joystick no es posible. Al comenzar la partida
nuestro personaje se sitúa en la parte inferior de la pantalla donde deberemos
moverlo horizontalmente para evitar las balas enemigas, parapetándonos detrás
de murallas protectoras, que los enemigos van destruyendo a medida que avance
el nivel, o realizando una voltereta. En la parte inferior de la pantalla hay
una barra de energía que se va llenado según vayamos destrozando elementos del
escenario y matando a enemigos, aviones y tanques. Una vez hemos conseguido
superar la fase nuestro personaje correrá hacia adelante a cámara rápida
celebrando su victoria mientras suena una graciosa melodía al estilo Benny
Hill. El juego tiene un montón de detalles cómicos de este tipo. Aparte de las
granadas hay dos tipos de power-ups: ametralladora de disparo rápido y escopeta
automática.
A
pesar de su antigüedad el juego presenta cierta variedad de enemigos y armas,
la infantería normalmente utilizará balas normales y, de vez en cuando,
granadas que deberemos explotar disparándola o esquivar antes de que nos alcance,
pero también aparecerán en la pantalla tanques con disparos más poderosos, y con
una mayor capacidad de defensa debido a su poderoso blindaje. Mención aparte
merecen los helicópteros, que nos dispararán ráfagas y una serie de bombas o
los bombarderos con sus descargas aéreas.
El
juego fue un enorme éxito, que tuvo en Blood Bros su sucesor espiritual, aunque
cabe decir que Cabal no fue el primero en su género, ya que poco antes había
visto la luz Operation Wolf de Taito, aunque no era tan completo. El éxito
alcanzado en los arcades provocó que una gran cantidad de plataformas esperasen
con ansia su conversión de Cabal, y así fue, ya que vio la luz en Commodore
Amiga, Amstrad CPC, Commodore 64, ZX Spectrum, MS DOS y NES, versionado en esta
última plataforma por Rare.
El juego sigue siendo muy adictivo, con una curva de
dificultad perfecta. Una de las cosas interesantes es que cada partida es
diferente, no hay patrones muy remarcados y sí un componente muy alto de
aleatoriedad, que desarrolla la partida de formas muy diferentes, con una
especie de Rank propio que provoca que suba la dificultad si no pierdes vidas,
o que baje y aparezcan más ítems en caso de perder alguna vida. Hay ciertos
trucos para poder gestionar mejor la partida, como por ejemplo aprovechar
cuando salen unos camilleros para dispararles con fruición y conseguir granadas
y otros objetos. El juego con práctica se puede superar con un solo crédito,
dan cuatro vidas extra, por lo que te puedes permitir perder alguna vida en las
últimas fases. Como digo, es un juego perfectamente rejugable, y lo he
disfrutado muchísimo.
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