En
1994, con el hype por las nubes, un grupo de ingenuos adolescentes acudieron en
masa a los cines a ver Street Fighter: La Última Batalla, protagonizada por
Jean Claude Van Damme y Raúl Juliá. Desgraciadamente nuestras expectativas y
parte de nuestra inocencia quedaron enterradas para siempre en esa sala. El
bodrio alcanzaba tal épica que no tenías más remedio que echarte unas risas
viendo las interpretaciones, los diálogos y los paupérrimos efectos. No tenía
absolutamente nada que ver con el videojuego, con caracterizaciones absurdas
como hacer de Ryu y Ken dos estafadores, a Honda un luchador hawaiano y Blanka
un experimento genético que perpetran al amigo muerto de Guile, Nash. Una auténtica
aberración, y más con las expectativas que teníamos después de ver la versión
animada.
Todo
este despropósito podía haber parado ahí, pero Capcom en un alarde de
inconsciencia permitió que la compañía Incredible
Technologies utilizase la licencia sin ningún tipo de supervisión y sacara para
arcades un juego de gráficos digitalizados de los actores reales (los mismos
que en la película), al estilo Mortal Kombat. Yo jugué en su época (salió en
1995) alguna partida, pero era muy injugable: CPU abusiva, desbalanceado, cajas
de impactos nefastos (implica que golpeas al azar sin tener claro si entrarán
los combos o si pueden ser interrumpidos). Dejadez en la programación en
detalles como protegerte agachado sin que te afecten los golpes overhead,
cargas de movimiento especiales que te dejan de espaldas al enemigo, golpes
finales que quitan media barra con golpes que conectan y otros que no… el juego
es un cachondeo absoluto de gitches y bugs.
Sin
embargo he de reconocer que tiene detalles curiosos. Tiene varios movimientos
EX, es decir, puedes usar parte de la barra de energía para mejorar movimientos
especiales, algo que implementaría Capcom en su Street Fighter III dos años más
tarde. Hay movimientos para regenerar tu vida, puedes hacer contras a los
agarres y devolverlos. Incluso tuvieron el valor de añadir modos tag Battle y
versiones de la banda sonora original. Y yendo más lejos añadieron varios
golpes especiales nuevos a todos los personajes. Pero son tan, tan, tan
ridículos. Es cierto que a Vega, por ejemplo, le permiten lanzar su máscara y
también sus garras, lo cual podría casar con el personaje. Pero es que a Sagat
le añaden una especie de grito Banshee que deja aturdido, y además digitalizan
el rugido de un tigre cada vez que tira su Tiger Shot; resulta tan esperpéntico
que se te quitan las ganas de seguir investigando personajes, golpes y
detalles.
La partida que he subido a mi canal creo que es la mejor
parte de pasarte el juego y echarte unas risas sin mucho esfuerzo. Se trata de
coger a Vega e intercalar su Rolling Crystal Flash (atrás un segundo adelante
puño) con el Sky High Claw (abajo un segundo arriba puño) para después
golpearle tres veces con las garras. Con esos dos golpes, aprendiendo a cargar
todo el rato los especiales, no tendrás demasiada dificultad en pasarte el
juego y borrarlo de tu lista.
En resumen: un juego no muy recomendable, pero que
gracias a jugarlo en emulador y preparar la partida para mi canal de YouTube me
ha permitido descubrir detalles y curiosidades que hacen que el esfuerzo y el
tiempo dedicado hayan merecido la pena.
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