Fue
el séptimo lanzamiento de la saga Fatal Fury, y el tercero y último de la
sub-saga Real Bout. Es un Dream Match, y cuenta con los mismos personajes que
su antecesor más 3 nuevos (dos de los nuevos son la pequeña Xiangfei y el
corpulento Rick), es decir 22 personajes en total. Una cifra nada desdeñable,
pero resulta inevitable pensar que para tratarse de la última entrega de la
saga Real Bout, lo cierto es que SNK se quedó algo corta.
Vamos
a partir de la base de que no es una nueva entrega en sí misma, sino más bien
una revisión cuyo cometido es el de ofrecer en un Death Match, aspectos
mejorados de su antecesor Real Bout Fatal Fury Special. Si nos centramos en
este apartado nos daremos cuenta del gran trabajo realizado, destacando en
primer lugar unos sprites que si bien son algo más pequeños que en esa entrega,
esta disminución del tamaño permite presentarlos con más nivel de detalle
haciendo que con diferencia y hasta el momento, sea la entrega con el mejor
trabajo gráfico en cuanto a sprites se refiere. Asimismo nos encontramos con
unas animaciones mucho más fluidas en general, con una gran variedad de
movimientos que a buen seguro nos sorprenderán por su espectacularidad.
SNK
ha querido también desbancarse de la idea de ofrecer el mismo aspecto de sus
personajes, y para ello ha mejorado enormemente algunos detalles como los
rasgos faciales durante el combate e incluso el aspecto general del luchador,
siendo esta entrega donde se aprecia que los personajes sencillamente son más
mayores, han crecido, y de este modo, podemos observar como Terry se aleja de
esa imagen de adolescente joven buscando venganza por la muerte de su padre.
Ahora es más adulto, y su diseño lo muestra a la perfección. Los escenarios son
de nueva creación y si algo los caracteriza, es sin duda el buen uso que se
hace del color, dando lugar a una paleta de colores muy viva. También destaca
la solidez de sus acabados, con un aspecto general que pocos juegos consiguen.
Coloristas y muy realistas, son el lugar perfecto para unos combates
espectaculares. Encontramos un número aceptable de ilustraciones con la
estética propia de los Real Bout, aunque al ser un Dream Match carece de todo
argumento, y las interacciones entre personajes al principio de los combates
han sido eliminadas. En cuanto a la música, aparte de tres pistas nuevas para
los nuevos personajes, nos encontramos con remixes de canciones ya aparecidas
anteriormente. Estás remasterizaciones mejoran la composición e instrumentación,
pero se nota cierto conservadurismo en comparación con otros juegos.
La jugabilidad se ha simplificado para hacerlo más
intuitivo, las versiones EX de los personajes desaparecen, el timing de algunos
movimientos ha cambiado. Hay detalles como el hecho de poder continuar movimientos
overhead o el propio break shot en
combo, pero en general todo es muy continuista, con novedades jugables solo
valorables para los jugadores que hayan dominado en profundidad el anterior
juego. Se mantienen los dos planos, aunque hay algunos escenarios con uno solo,
y al ser lanzados a ese plano inexistente nos esperan barreras tales como una
valla electrificada o una fila de vehículos accidentados.
Para
luchar contra Alfred en el modo un jugador, tenemos que luchar en los 10
combates sin perder un solo round. Asimismo, debemos haber obtenido una
puntuación de más de 750.000 puntos, y ejecutar o bien 5 P.Power, o bien 7
S.Power. Si hemos conseguido realizar todo esto, tras la lucha con el final
boss (Geese o Krauser) desbloquearemos este combate bonus.
Real
Bout 2 está incluido en la compilación Fatal Fury: Battle Archives Vol. 2. La
versión de Real Bout 2 incluida en esta compilación tiene a Alfred como
personaje jugador para PlayStation 2. También hay una versión para Neo Geo
Pocket Color: Fatal Fury: First Contact. Esta versión agrega un nuevo personaje
llamado Lao, que solo es jugador en el modo versus del videojuego. Además, sólo
hay doce personajes disponibles: Terry, Andy, Joe, Mai, Kim, Yamazaki, Rick,
Xiangfei, los jefes Billy, Krauser y Geese, y el personaje oculto, Alfred.
En
definitiva: un buen juego, gráficamente excelente, pero demasiado continuista. Además
se carga la esencia de la ambientación habitual de los juegos de SNK quitando
las interacciones, poses e introducciones de los personajes en los combates,
como si estuviéramos ante un speedrun. De hecho el juego, incluso luchando con
Alfred, te lo puedes pasar en quince minutos. Por ello estamos ante el Fatal
Fury más frío e impersonal de toda la saga, lo que supone una experiencia
agridulce. Supongo que en 1998 estaban más volcados en su KOF que en este
juego, y eso se nota demasiado. Por suerte el siguiente año SNK se enmendaría
sacando el maravilloso Garou: Mark of the Wolves.
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