Y
por fin llegamos a esta cuarta y última parte de la mítica saga, la cual
evoluciona todos los aspectos presentados en sus anteriores entregas, dando
como resultado un juego en el que se aprovechan cada uno de sus 226 megas:
velocidad de los personajes aumentada, unos sprites con nuevas animaciones,
escenarios mucho más espectaculares que los vistos hasta ese momento en esta
saga... pero todo llega demasiado tarde, en 1995 ya había otras sagas que
estaban alcanzando un nivel brutal (KOF, Fatal Fury) y este World Heroes, sin
ser un mal juego, no puede competir con ellas.
Desgraciadamente,
se vuelve a prescindir del modo Dead Match, que tanta personalidad le dio a la
saga en las dos primeras entregas. En su lugar nos encontramos con el modo
arcade de toda la vida, en el cual nos enfrentamos a los diferentes rivales con
el objetivo de llegar al final boss. Como viene siendo habitual, el
contrincante es vencido cuando ganamos dos de los tres rounds de los que consta
el combate. Los sprites son los mismos de anteriores entregas, dieseis
personajes ya conocidos. Todos tienen nuevas animaciones, poses extras de
victoria, y nuevos golpes especiales. El gran trabajo ha sido sobre los
escenarios, impresionantes localizaciones en el tiempo, originales y llenas de
detalles: antiguo Egipto, en la época Jurásica, en una selva, en la
actualidad... en cuanto a la música, sin ser tan épica o pegadiza como en otros
juegos, cumple su función y es una de las mejores de la saga.
Los grandes cambios –por fin-, vienen en el
aspecto jugable, se deja de lado el sistema de pulsar botones durante un tiempo
determinado para lanzar un ataque débil o fuerte y se vuelve a una mecánica
normal: tres puños, tres patadas. Otra característica añadida son los
movimientos especiales ABC: su función en cada personaje es totalmente
diferente, desde capturar proyectiles hasta reversals o amagos. Otras novedades
son las nuevas propiedades incorporadas en algunos golpes, donde distinguimos
entre los “projectile killer”, ataques que destruyen proyectiles y que
sustituye al sistema universal para reflejarlos, y los ”blow defense”, golpes
que abren una brecha en la defensa del rival. Por último, encontramos la
posibilidad de contraatacar cuando bloqueamos ataques en el aire. Además en la
parte baja de la pantalla hay una barra de carga de energía llamada HERO que se
va rellenando mediante distintas acciones, que sirve para evitar ser
derribados, acceder a una versión mejorada de algunos especiales o bien de los
movimientos desesperación (Ultimate Mystery, también incorporados en este
capítulo), disponibles cuando la salud disminuye hasta aproximadamente el 50%.
Una de las cosas que más se
recuerda de su segunda parte era la dificultad, ese reto constante sobre todo
en el enemigo final, aquí vuelve a caer otro peldaño, los enemigos son muy
histéricos, saltan demasiado, hacen golpes que les dejan expuestos a nuestros
contrataques, ni siquiera las tetras de las partes anteriores con respecto a
agarres o devolución de proyectiles se mantienen. Si eres un jugador paciente y
dominas los movimientos de desesperación te puedes pasar el juego con
facilidad. Ni siquiera el boss final, Neo Dio, te pondrá en problemas. Quizás
por eso es a dobles donde se descubre totalmente esta joya de ADK y el esfuerzo
que hicieron para complejizar el sistema de juego. Llegó tarde, es cierto, pero
es un juego muy disfrutable si olvidamos los prejuicios.
World
Heroes Perfect ha sido llevado a varias plataformas, aunque quizás la versión
más destacable corresponde a Sega Saturn, que no salió de territorio japonés.
Además de incluir la banda sonora arrange de la versión de Neo-Geo CD, añade
extras interesantes como perfiles de los personajes, estrategias y arte de toda
la saga. Además, es la única versión en la que Zeus está disponible desde el
inicio: en Neo Geo CD es necesario realizar un truco, mientras que en el resto
de versiones no está presente, incluyendo la versión para PlayStation 2 World
Heroes Anthology.
En
resumen, World Heroes Perfect es considerado por muchos como el mejor de la
saga, tanto por su música, diseño de escenarios y el amplio abanico de
personajes seleccionable. Se ha quedado un poco obsoleto en comparación con otros
títulos de la misma época, pero no deja de ser otro pedacito de la historia de
los juegos de lucha y de esa nostálgica etapa de los salones recreativos donde
nos dejábamos el poco dinero que teníamos –sin internet ni guías-, intentando
desentrañar las mecánicas de cada juego.
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