Un
año más tarde aparece la tercera entrega, con bastantes cambios, pero
gráficamente bastante continuista. La primera mala noticia es que se elimina el
modo Death Match, piedra angular de la saga, y se añaden dos modos algo
extraños: “Entry to the Tournament”, es el modo principal en el que debemos
recorrer cinco escenarios del mundo (Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur,
Japón e incluso España) donde los combates son contra grupos de tres luchadores
(a excepción de Japón, donde nos medimos a Captain Kidd en las vísperas de la
final y a Hanzou en la final), necesitando ganar al menos dos rivales para
seguir avanzando.
En la etapa posterior al torneo, nos veremos las caras con
los subjefes Jack y Ryofu, dos de los recién llegados, últimos obstáculos hasta
llegar a la pantalla final donde nos espera Zeus (final boss no controlable).
El otro es “The Forging of Warriors”: se trata de un easy mode con alguna idea
basada en el Fatal Fury clásico. Se elige un rival al principio de la partida,
en una típica pelea 1 vs 1. Lo más curioso será el escasísimo número de rivales
a los que nos tendremos que enfrentar, tan solo tres, de manera que este modo
queda como algo anecdótico dentro del juego.
Más
novedades: se mantienen los personajes que aparecían en la segunda parte, con
nuevas animaciones y golpes especiales, y se añaden dos nuevos luchadores
llamados Jack y Ryofu, haciendo un total de dieciséis luchadores
seleccionables. En el tema jugable se puede por fin correr, movimiento rápido
atrás o hacía delante, así como un leve aumento de la velocidad del juego
(quizás de ahí el sobrenombre de “Jet”). Se mantiene reflejar proyectiles
cubriéndote en el último momento, el sistema engorroso de presas del dos
desaparece y como novedad aparece el “sistema de choque”: si dos golpes
colisionan durante el combate, se neutralizan, y los personajes retrocederán
dando lugar a una situación neutra. Aunque se conserva el sistema de tres
botones, ahora el botón de lanzamiento ha sido desterrado de forma definitiva,
siendo utilizado para distintas poses (burla/provocación, tiempo agotado,
victoria o la más interesante de todas, la de fingir aturdimiento) que en
general no son muy útiles, pero están ahí para su uso. Por último, en el modo
Vs. es posible establecer los atributos del personaje (fuerza, velocidad, y
defensa) según unos valores predeterminados, que añaden una mayor variedad
frente al clásico sistema de ventaja de vitalidad. Como curiosidad dependiendo
de cómo acabe nuestra barra de vida al
vencer al final boss, desbloquearemos tres finales diferentes.
En
resumen, un juego demasiado fácil, continuista, con una jugabilidad diferente
al dos, pero con demasiadas similitudes gráficas y sonoras, de manera que no
resultará demasiado interesante para quien haya jugado a su segunda parte. En
cualquier caso el verdadero aluvión de novedades vendría con el World Heroes
Perfect.
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