El
argumento nos sitúa en un Japón feudal el cual acaba de librarse de la amenaza
de Amakusa, apareciendo un nuevo ser maligno. En este caso, se trata de una
femme fatale llamada Mizuki, la cual se ha propuesto dominar el país gracias al
dominio de las fuerzas oscuras. Como ocurriera en la primera parte, sólo un
grupo bien selecto de luchadores emprenderán un viaje en aras de vencer a tan
temible ser.
Es
soberbio en lo que a gráficos se refiere, puesto que al igual que en la primera
parte, los diseñadores han intentado reproducir tanto las vestimentas de los
personajes, sus movimientos etcétera, así como los escenarios y la ambientación
en general que pudiéramos encontrar en la era feudal. Comenzando con los
sprites, estos han sido trabajados hasta el más mínimo detalle para poder
ofrecernos un espectáculo visual tanto de diseño como de movimientos. Las
animaciones son espectaculares, y tienen una fluidez que sorprende incluso hoy
en día. Han sido incluidos numerosos frames para crear esos movimientos, y se
ha intentado reproducir con exactitud los verdaderos movimientos de ataque o de
defensa de multitud de estilos de artes marciales con armas. Las magias por su
parte, aunque evidentemente no sigue ese realismo que tienen los movimientos,
han sido diseñadas para que no desentonen en una ambientación así, y en general
aunque son espectaculares, no han caído en el exceso.
Los
escenarios son otro de los puntos fuertes, los cuales también ofrecen esa
ambientación medieval. Vamos a poder luchar en lugares tan variados como un
templo, un acantilado o un bosque, y en todos ellos destaca el buen uso del
color que hace que tenga un acabado muy colorista, a pesar eso sí, de que en
ocasiones luchemos en condiciones de penumbra. Las
melodías que podremos escuchar durante los combates son relajadas en su
mayoría, intentan evocar una ambientación feudal oriental y combinan
perfectamente con los choques de metal con metal, el sonido de la hoja cortando
carne, o los correspondientes a las magias. Mención especial merecen las voces,
con un trabajo exquisito por parte de los actores de doblaje, dotando a cada
personaje de una personalidad propia que se intentó mantener durante el resto
de entregas.
La
jugabilidad sigue la base que nos dejó la exitosa primera parte. A pesar de no
sorprender tanto como la del título anterior, se ha conseguido una profundidad
tal, que realmente hacen falta muchísimas partidas para llegar a dominarlo como
es debido, no solo por los diferentes movimientos, impresionantes dentro o
fuera del zoom, sino también porque se añade la posibilidad de rodar, correr,
un pequeño salto evasivo para esquivar golpes bajos, fintar, tumbarse en el
suelo para esquivar, permitiendo un sinfín de estrategias. También se han
añadido la posibilidad de repeler ataques bloqueándolos en el último momento,
muy similar a las paradas (parry) que se implementarían en Street Fighter III,
algo que nos dará una enorme ventaja si llegamos a dominarlo a la perfección,
ya que la desventaja aplicada sobre el rival es enorme. Por último, se ha
modificado el sistema de POW: ahora además de incrementar la fuerza de los
ataques cuando está al máximo, es posible realizar los “Weapon-Breaking Special
Moves”, que como su nombre en inglés indica, destruyen el arma del rival, que
deberá esperar unos segundos antes de que ésta pueda “regenerarse” (sea lanzada
por Kuroko). Otro aspecto destacable es el ajuste de los personajes en sus
movimientos, ya sea con una puesta al día, o con un equilibrio de los mismos.
Uno de los defectos del primer juego fue la ausencia de movimientos en ciertos
personajes o su poca optimización, lo que llevaba a desequilibrios en el elenco
principal a tener en cuenta, que han quedado reparados en medida de lo posible
en esta segunda entrega.
La
dificultad es definitivamente alta, aunque no llega a los límites alcanzados en
la primera parte. También hay que precisar que la IA de los rivales se nota anticuada,
y los viejos trucos de vieja escuela que consisten en repetir ciertos ataques o
estrategias en bucle, siguen sirviendo perfectamente. Si el primer juego se
caracterizó por un tempo más estratégico en los combates, enfocado más golpes
secos que a combos y donde los ataques especiales perdían peso frente a los
ataques normales, dando un mayor “realismo”, aquí gracias a las nuevas técnicas
de evasión, parrys, nuevos movimientos se añade más complejidad y argumentos
para jugar de una manera más pausada. Estamos por tanto a un juego innovador, impresionante
técnicamente, y con un modo historia y unos luchadores muy variados y
carismáticos. La franquicia se vulgarizaría en posteriores entregas
traicionando su esencia, pero aquí, sin duda, consiguieron tocar la gloria. Un
juego legendario del catálogo de Neo Geo.
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