A pesar de haber sido
derrotado ya dos veces, Mr. X, el líder del sindicato del crimen que asola la
ciudad, se resiste a desaparecer y ha tramado un nuevo y diabólico plan. En
esta ocasión ha tomado el control de la compañía de robótica llamada RoboCy,
que cuenta entre sus filas con la mayor eminencia en cibernética del mundo, el
Dr. Dahm. Sega se tomó muy en serio el trabajo de superar lo que parecía
insuperable, hacer un juego aún mejor que los dos primeros 'Streets of Rage'. El
primer contratiempo llegó cuando el juego se publicó en Japón con el nombre de
'Bare Knuckle 3', pues por problemas de tiempo se tuvieron que eliminar algunas
cosas casi finalizadas pensadas para el juego. De esta forma gran parte de uno
de los últimos niveles y dos fases especiales en las que íbamos montados en moto
se quedaron a medio hacer. Con los años la investigación de los fans los ha
sacado a la luz, mostrando al fin estos niveles perdidos.
Además
cuando el juego fue llevado a occidente fue perjudicado por la censura
exagerada fruto de la polémica que se vivía en aquellos años tras la llegada de
'Mortal Kombat' y la posterior creación de los hoy ya habituales sistemas de
calificación de edades. Para empezar se cambió toda la historia original del
juego debido a su crudeza. Además la intro y algunas escenas más desaparecieron
del juego. Otros elementos fueron cambiados o eliminados para cuadrar con el
nuevo argumento. Además de cubrir el cuerpo de gran parte de los enemigos
femeninos del juego, eliminaron por completo del juego al personaje llamado Ash
por sus evidentes tendencias homosexuales. Este personaje no solo aparecía como
jefe final, sino que era incluso posible desbloquearlo para jugar con él, de
modo que el roster de personajes también se vio reducido. Hubo más cambios absurdos, como lo fue el hecho de
cambiar los colores de la indumentaria de la mayoría de personajes del juego. También
se cambiaron pequeños aspectos del juego como la ubicación de algunos objetos,
y se hicieron cambios en la dificultad.
En la versión japonesa nos encontramos
con un juego muy pulido y jugable. La versión occidental, por el contrario, es
extremadamente difícil. Tanto que es frustrante. Además se dan desequilibrios
muy grandes, con picos de dificultad muy llamativos. Al parecer esto se debe a
que Sega recibió críticas en occidente porque Streets of Rage 2 era demasiado
fácil. A eso tenemos que añadir que la versión PAL funciona un 15% más lenta,
por una nefasta adaptación al sistema 50Hz. Por todo esto lo ideal si lo jugáis
en emulador es que escojas siempre la rom japonesa, que es la más completa, y
con la que se disfruta mejor de este magnífico juego.
Metiéndonos
ya con la jugabilidad, para empezar todos los ingredientes propios de esta
serie están aquí, sus calles infestadas de grotescos matones, los jefes
estrambóticos de fuerza desmedida, los golpes espectaculares de los personajes,
la jugabilidad fluida y directa, así como el estupendo modo cooperativo para
que unamos fuerzas con un compañero y divertirnos el doble. Eso sí, el fuego
amigo sigue sin poderse desactivar. Ahora hay más golpes especiales, de tal
forma que Sega habilitó el uso del mando de seis botones para que fuera más
sencillo gestionarlos. Una vez más regresan las armas blancas características
de la serie, pero esta vez son de uso limitado, pues se van deteriorando al ser
utilizadas y acaban rompiéndose. Hay un nuevo medidor de fuerza, este medidor
se gasta al realizar ataques especiales y se va rellenando de nuevo poco a
poco. Si hacemos un ataque especial con el medidor lleno no perderemos salud al
hacerlo, y también afecta a la cantidad de daño que recibimos al ser atacados,
de modo que es más práctico tenerlo lleno antes de encarar a un enemigo
potencialmente peligroso. Por último disponemos de un sistema de niveles
representados por estrellas, recibiremos una estrella al alcanzar ciertas
puntuaciones, pudiendo acumular un total de tres. Si morimos perderemos una
estrella, pero podremos volver a recuperarla más adelante. Según nuestro nivel
realizaremos ataques más poderosos cuando ataquemos en carrera, y es que otra
de las novedades es que ahora todos los personajes pueden correr pulsando dos
veces una dirección. También podremos hacer esquives pulsando dos veces arriba
o abajo.
En
cuanto a los personajes seleccionables volvemos en un principio a los cuatro
personajes jugables, sustituyendo a Max por el Dr Zan. Más allá de gustos
personales lo cierto es que Zan es un buen sustituto, su cuerpo cibernético
tiene algunas ventajas. Por ejemplo, sus brazos se alargan, llegando más lejos
que sus compañeros con los golpes básicos. Aparte, puede generar descargas
eléctricas, y tiene una fuerza considerable. Es quizá el mejor personaje,
porque es muy fuerte pero más rápido de lo que era Max en SoR2. Axel, Blaze y
Skate por su parte son calcos a lo que vimos en el juego anterior. Cada
personaje mantiene todos los golpes, siendo muy diferentes entre ellos. Quizá
se nota que se han igualado algo los personajes. Blaze y Skate hacen más daño
con sus golpes. Pero según avanza el juego se descubren más personajes jugables
desbloqueables. El enemigo final del primer nivel es Shiva, viejo conocido
nuestro. Si pulsamos B desde su muerte hasta el comienzo del siguiente nivel,
podremos jugar con él. En mitad del segundo nivel lucharemos contra un payaso
con látigo que controla a un canguro boxeador. Si vencemos al payaso sin acabar
con el canguro, este se escapa, siendo jugable a partir de ese momento. Por
último, el jefe de mitad de nivel del primer nivel en la versión japonesa, un
tal Ash, es jugable si tras matarlo pulsamos A y lo dejamos pulsado hasta la
siguiente sección del nivel.
Los
niveles son bastante grandes y están repletos de sorpresas, además algunos
varían nuestra ruta cambiando lo que nos vayamos a encontrar por el camino. La
acción es algo más rápido que en SoR2, y los propios escenarios de juego dan
pie a más situaciones que en juegos previos. Vuelven los escenarios con
trampas: nos caerán barriles, querrán quemarnos con rayos láser, caeremos por
huecos imprevistos y deberemos tener cuidado de no pisar los cepos. Hay muchos
escenarios con mecánicas propias. Esta entrega también tiene la particularidad
de ofrecer cuatro finales diferentes, en función de ciertos eventos que ocurren
durante el mismo. Un final bueno, uno malo, y dos neutrales. Pero no es sólo el
final lo que cambia. En cierto momento tendremos que salvar al jefe de policía
de la ciudad, que ha sido raptado para ser substituido por un clon robótico.
Podemos lograrlo o no. Si lo logramos, continuaremos nuestro camino para vencer
a Mr. X y obtener el final bueno (o no). Si no lo logramos, continuaremos por
otro camino, yendo al ayuntamiento de la ciudad a desenmascarar al falso jefe
de policía, y nos enfrentaremos a él y a Shiva. Sí, el mismo Shiva que ya salía
en Streets of Rage 2. Si vencemos, obtendremos uno de los finales "neutrales".
Si llegamos a Mr. X, debemos vencerlo en un tiempo concreto. Si lo hacemos,
obtendremos el final bueno. Si no, obtendremos el final malo, en el que
vencemos a Mr. X pero la ciudad vuela por los aires.
En
cuanto a la banda sonora Yuzo Koshiro deja en este caso las labores de
composición para ejercer de productor musical del juego. La labor recae en
Motohiro Kawashima, basándose en gran parte en el trabajo de los juegos
previos. El señor Koshiro incluso programó un novedoso sistema para generar
música dinámicamente en ciertos momentos. El resultado es bueno, pero no
excelente. Se mezclan piezas muy buenas con piezas, directamente, malas,
demasiado estridentes y distanciadas del estilo habitual de la saga. Prefiero
la música de las entregas anteriores.
En
resumen: un juego con un gran nivel gráfico y sonoro, cerca de la anterior
entrega de la saga. Mejora ciertos aspectos, como el argumento, y empeora
otros, como la banda sonora. Pero lo importante es que es un juego
tremendamente divertido en su versión japonesa, y frustrante y censurado hasta
el absurdo en su versión occidental. Por lo tanto os animo a probar la versión
japonesa y disfrutar de lo que ahora considero otra maravilla de los beat 'em
up.
No hay comentarios:
Publicar un comentario