martes, 26 de enero de 2021

Light Bringer (Taito 1993)

Light Bringer (también conocido como Dungeon Magic), es un juego de Taito que salió en los salones recreativos en 1993 y que pertenece al género Hack and Slash medieval. Cuenta con una vista isométrica, con plataformas que te permiten subir a zonas elevadas, y también con la opción en muchas fases de elegir caminos distintos, de tal forma que cada partida puede alagarse o complicarse al gusto del jugador.

        La historia es la habitual del género: un malvado mago resucita a un espíritu maligno, conspirando para tomar el control del reino, y ha secuestrado a la princesa para usarla como sacrificio. Cuatro guerreros se adentran en el mundo mágico para salvarla: Ash el Caballero, Gren el guerrero errante, Cisty, una elfa arquera cuya familia entera fue destruida por el espíritu del mal en el pasado, y el poderoso mago Vold. El control es bastante básico: un botón de ataque, un ataque especial cuando lo dejas pulsado durante un tiempo, y un segundo botón para el salto; apretando los dos a la vez la característica magia que daña a los enemigos cercanos y te quita un poco de vida a ti. También puedes realizar agarres y pequeños combos corriendo hacia delante y golpeando. Tiene muchos toques de rol, el principal es que debemos ir derrotando enemigos, abriendo y rompiendo cajas y cofres subir nuestra puntuación y experiencia, y así poder mejorar nuestras características de fuerza, magia y vitalidad. Además de alimentos, escudos y armas arrojadizas, tenemos varios tipos de armas con daño elementales (fuego, hielo y rayos).

        Hay multitud de detalles en cada habitación, con secciones con algún mecanismo o trampa que hay que accionar, pisar o destruir para seguir avanzando y multitud de salas secretas y secretos. Los sprites son grandes, quizás incluso demasiado en comparación con el reducido entorno en el que nos solemos mover. El mayor problema es la sensación de cierta falta de fluidez en el control, sobre todo si lo comparas con los juegos de Capcom, pero te habitúas enseguida. El apartado sonoro es muy épico, flojo de volumen pero ajustado a la temática, y los efectos sonoros y las voces digitalizadas muy conseguidas. Permite también cuatro jugadores simultáneos.

        La rutina al hacer estas reseñas, o al menos el planteamiento que tenía cuando comencé con el blog, era intentar pasarme el juego con un solo crédito, y luego buscar información sobre él, todos los detalles y curiosidades posibles. Sin embargo, con este he tenido bastantes problemas en encontrar algún gameplay en YouTube, apenas hay guías o información en castellano. De hecho no existe ninguna conversión para consola u ordenador aparte de un recopilatorio de juegos de Taito para PS2 ‘Taito Memories Joukan’, que ni siquiera llegó a comercializarse fuera de Japón. Puede que el motivo por el que un juego tan bueno y extenso como este haya pasado desapercibido es por la brutal competencia que tuvo con ‘Dungeons & Dragons: Tower of Doom’ (1993) y que la perspectiva isométrica complicaba en ocasiones los saltos y el control.

        Además, es un juego complicado, sobre todo en las primeras pantalla, por lo que para disfrutarlo no vienen mal algunos consejos: lo más importante es la elección de personaje, el mejor es Vold, un mago que si controlas bien los tiempos de sus magias puedes superar el juego y los enemigos finales muy fácilmente. Para ello lo primero es encontrar escudos, por ejemplo en la primera pantalla tienes uno si subes por los tejados; y luego conseguir el arma elemental de fuego, en la tercera pantalla si rompes la estatua hay una sala secreta de frente. Al cargar invocará un meteorito que explotará en mitad de la pantalla. De todas formas si lo que te gusta es jugar con algún personaje de melee, es mejor escoger a Gren, es muy balanceado, tiene un dash brutal que combina muy bien con su golpe especial, y sus armas elementales también hacen mucho daño. Añado que en este juego es fácil hacer combos infinitos con este personaje, sobre todo ideal para los enemigos finales, al estilo ‘Final Fight’.

        Como curiosidad adicional, y para demostrar el nivel de complejidad que tiene el juego, en la penúltima fase nada más empezar, después de derrotar a los enemigos, se abrirán tres caminos, si vamos por el de la derecha y matamos a todos los de esta zona sin romper ninguna de las cajas, podemos crear una especie de escalera poniéndolas unas encima de otras. Si lo hacemos correctamente podremos subir a la estancia de arriba donde hay varios cofres, en uno de ellos está el arma legendaria, en el caso de Gren son los guanteletes ‘Bare Knuckle’ que aumentan el daño y los golpes críticos; Vold consigue ahí su Holy Staff y se convierte en casi invencible.

        El juego, una vez empiezas a adaptarte a sus controles, es muy agradecido y resulta muy divertido. Aconsejo ir probando rutas diferentes y disfrutar de cada partida, no os vais a arrepentir del tiempo empleado, sobre todo los fans de los hack and slash.

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