jueves, 14 de enero de 2021

Knights of the Round (1991 Capcom)

Knights of the Round nunca fue uno de mis arcades preferidos - quizás por su dificultad y control-, pero dejando gustos aparte es innegable que estamos ante otro clásico indiscutible de Capcom. La historia del juego nos sitúa en la Inglaterra medieval, momento en el que el Rey Arturo consigue a Excalibur, la espada legendaria, hasta ese momento incrustada en una roca. Justo entonces Merlín aparece y afirma que es merecedor del trono del país, incluyendo su bien más preciado y poderoso: el Santo Grial. Quien lo posea, tendrá a su alcance un tremendo poder, sin embargo, la copa ha desaparecido, de manera que debe recuperarla cueste lo que cueste. Raudo y veloz emprende la aventura junto con sus amigos Perceval y Lancelot.

Knights of the Round es un juego gráficamente excelente, siempre y cuando se tenga en cuenta que salió para CPS-1 en 1991. El colorido y el cuidado diseño de los escenarios son bastante destacables. Sus siete fases adolecen del recurso de la repetición de algunos escenarios y enemigos, los cuales tienen cambios de color indicativo de una mayor resistencia y fuerza. Quizás se echa en falta un mayor tamaño de los sprites, pero el elevado número de enemigos simultáneos en pantalla lo compensa. Es verdad que toma una influencia occidental, con profusión de espadachines de a pie y tipos embutidos en armaduras que más bien parecen bárbaros, pero no se puede negar en absoluto el toque oriental en diseños como los de los Skywalkers, que casi parecen ninjas, o sus jefes de nivel, que perfectamente podrían haber salido de un anime. Bradford, por ejemplo, con sus ataques en onda y sus ágiles patadas, es un concepto muy japonés, como lo es el tener que luchar con un robot gigante nada menos. Está también en el escurridizo Phantom, en el enorme Balbars, y ya es más que evidente en Muramasa, un peligroso samurai.

Al empezar la partida, que permite tres jugadores simultáneos, podemos escoger entre tres protagonistas: Arturo es el personaje equilibrado entre velocidad y poder, equipado con su espada Excalibur. Lancelot es un personaje más rápido pero carece de fuerza, equipado con un sable; su ataque especial es una patada aérea. Perceval es más lento, pero el más poderoso, equipado con un hacha de batalla. Es el único personaje que puede correr, ejecutando su ataque especial mientras corre.

La temática del juego se completa con toques RPG, conforme avanzamos en el juego y vamos alcanzando ciertas cantidades de puntos, a fuerza de vencer a enemigos y recoger tesoros, nuestro personaje sube de nivel, lo cual le confiere una ligera mejora en el ataque y la resistencia a los golpes, así como cambios en el aspecto estético del personaje. Además los tesoros y vida que nos vamos encontrado se pueden dividir golpeándolos con nuestra arma, lo que permite compartirlos en modo cooperativo; esto resulta muy aconsejable porque hay ocasiones que al golpearlos se transforman en otros objetos que pueden darnos incluso hasta dos barras de nivel completa, o el truco de la tercera pantalla donde aparece el ítem que te da dos vidas.

En cuanto a la mecánica es muy simple: avanzar derrotando a todos los enemigos que nos salgan al paso hasta llegar al jefe final. En cuanto al control además del ataque especial típico que nos quita energía pero golpea a nuestros enemigos cuando estamos en una melé peligrosa (Ataque + Salto) tenemos la opción de bloquear golpes (Ataque + Atrás), golpe fuerte (Ataqué + Adelante), evasión (Salto + Atrás), Estamos ante un juego de lo más complicados de Capcom, junto al Final Fight, donde cualquier enemigo de dos golpes te puede quitar media barra de vida. Ir a dobles tampoco ayuda demasiado porque el juego resulta mucho más complicado, con jefes finales más difíciles de tumbar, más enemigos en pantalla que incluso llegan a amagar el golpe cuando estás en posición defensiva. El truco para acabarse el juego es dominar el golpe fuerte y el bloqueo y memorizarse todas las pantallas para saber qué enemigos salen, cuando hay vida, en qué momento aprovechar que vas a subir de nivel para usar tus ataques especiales, etcétera; y aun así resulta toda una hazaña pasárselo con un solo crédito.

            El juego tuvo una conversión a Super Nintendo en 1994, pero aunque gráficamente es correcto, a nivel sonoro y jugable fue una adaptación bastante mala, si estás acostumbrado al arcade mejor que ni lo pruebes. Por tanto queda la opción de jugarlo en emulador (MAME) o hacerse con el recopilatorio para PlayStation 2 y Xbox ‘Capcom Classics Collection Vol. 2’, o la versión portátil para PSP ‘Capcom Classics Collection: Reloaded’. Asumo que son perfect pixel por lo que aparte de alguna carga puntual la experiencia será la misma que en arcade. En resumen: un buen juego, dentro del contexto de su época, con una dificultad muy épica, cuyo reto sigue vigente todavía entre los amantes del retro. Dadle una oportunidad, merece la pena.

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