sábado, 20 de enero de 2018

Streets of Rage 3 (Sega 1994)

A pesar de haber sido derrotado ya dos veces, Mr. X, el líder del sindicato del crimen que asola la ciudad, se resiste a desaparecer y ha tramado un nuevo y diabólico plan. En esta ocasión ha tomado el control de la compañía de robótica llamada RoboCy, que cuenta entre sus filas con la mayor eminencia en cibernética del mundo, el Dr. Dahm. Sega se tomó muy en serio el trabajo de superar lo que parecía insuperable, hacer un juego aún mejor que los dos primeros 'Streets of Rage'. El primer contratiempo llegó cuando el juego se publicó en Japón con el nombre de 'Bare Knuckle 3', pues por problemas de tiempo se tuvieron que eliminar algunas cosas casi finalizadas pensadas para el juego. De esta forma gran parte de uno de los últimos niveles y dos fases especiales en las que íbamos montados en moto se quedaron a medio hacer. Con los años la investigación de los fans los ha sacado a la luz, mostrando al fin estos niveles perdidos.

Además cuando el juego fue llevado a occidente fue perjudicado por la censura exagerada fruto de la polémica que se vivía en aquellos años tras la llegada de 'Mortal Kombat' y la posterior creación de los hoy ya habituales sistemas de calificación de edades. Para empezar se cambió toda la historia original del juego debido a su crudeza. Además la intro y algunas escenas más desaparecieron del juego. Otros elementos fueron cambiados o eliminados para cuadrar con el nuevo argumento. Además de cubrir el cuerpo de gran parte de los enemigos femeninos del juego, eliminaron por completo del juego al personaje llamado Ash por sus evidentes tendencias homosexuales. Este personaje no solo aparecía como jefe final, sino que era incluso posible desbloquearlo para jugar con él, de modo que el roster de personajes también se vio reducido. Hubo más cambios absurdos, como lo fue el hecho de cambiar los colores de la indumentaria de la mayoría de personajes del juego. También se cambiaron pequeños aspectos del juego como la ubicación de algunos objetos, y se hicieron cambios en la dificultad.

En la versión japonesa nos encontramos con un juego muy pulido y jugable. La versión occidental, por el contrario, es extremadamente difícil. Tanto que es frustrante. Además se dan desequilibrios muy grandes, con picos de dificultad muy llamativos. Al parecer esto se debe a que Sega recibió críticas en occidente porque Streets of Rage 2 era demasiado fácil. A eso tenemos que añadir que la versión PAL funciona un 15% más lenta, por una nefasta adaptación al sistema 50Hz. Por todo esto lo ideal si lo jugáis en emulador es que escojas siempre la rom japonesa, que es la más completa, y con la que se disfruta mejor de este magnífico juego.

Metiéndonos ya con la jugabilidad, para empezar todos los ingredientes propios de esta serie están aquí, sus calles infestadas de grotescos matones, los jefes estrambóticos de fuerza desmedida, los golpes espectaculares de los personajes, la jugabilidad fluida y directa, así como el estupendo modo cooperativo para que unamos fuerzas con un compañero y divertirnos el doble. Eso sí, el fuego amigo sigue sin poderse desactivar. Ahora hay más golpes especiales, de tal forma que Sega habilitó el uso del mando de seis botones para que fuera más sencillo gestionarlos. Una vez más regresan las armas blancas características de la serie, pero esta vez son de uso limitado, pues se van deteriorando al ser utilizadas y acaban rompiéndose. Hay un nuevo medidor de fuerza, este medidor se gasta al realizar ataques especiales y se va rellenando de nuevo poco a poco. Si hacemos un ataque especial con el medidor lleno no perderemos salud al hacerlo, y también afecta a la cantidad de daño que recibimos al ser atacados, de modo que es más práctico tenerlo lleno antes de encarar a un enemigo potencialmente peligroso. Por último disponemos de un sistema de niveles representados por estrellas, recibiremos una estrella al alcanzar ciertas puntuaciones, pudiendo acumular un total de tres. Si morimos perderemos una estrella, pero podremos volver a recuperarla más adelante. Según nuestro nivel realizaremos ataques más poderosos cuando ataquemos en carrera, y es que otra de las novedades es que ahora todos los personajes pueden correr pulsando dos veces una dirección. También podremos hacer esquives pulsando dos veces arriba o abajo.

En cuanto a los personajes seleccionables volvemos en un principio a los cuatro personajes jugables, sustituyendo a Max por el Dr Zan. Más allá de gustos personales lo cierto es que Zan es un buen sustituto, su cuerpo cibernético tiene algunas ventajas. Por ejemplo, sus brazos se alargan, llegando más lejos que sus compañeros con los golpes básicos. Aparte, puede generar descargas eléctricas, y tiene una fuerza considerable. Es quizá el mejor personaje, porque es muy fuerte pero más rápido de lo que era Max en SoR2. Axel, Blaze y Skate por su parte son calcos a lo que vimos en el juego anterior. Cada personaje mantiene todos los golpes, siendo muy diferentes entre ellos. Quizá se nota que se han igualado algo los personajes. Blaze y Skate hacen más daño con sus golpes. Pero según avanza el juego se descubren más personajes jugables desbloqueables. El enemigo final del primer nivel es Shiva, viejo conocido nuestro. Si pulsamos B desde su muerte hasta el comienzo del siguiente nivel, podremos jugar con él. En mitad del segundo nivel lucharemos contra un payaso con látigo que controla a un canguro boxeador. Si vencemos al payaso sin acabar con el canguro, este se escapa, siendo jugable a partir de ese momento. Por último, el jefe de mitad de nivel del primer nivel en la versión japonesa, un tal Ash, es jugable si tras matarlo pulsamos A y lo dejamos pulsado hasta la siguiente sección del nivel.

Los niveles son bastante grandes y están repletos de sorpresas, además algunos varían nuestra ruta cambiando lo que nos vayamos a encontrar por el camino. La acción es algo más rápido que en SoR2, y los propios escenarios de juego dan pie a más situaciones que en juegos previos. Vuelven los escenarios con trampas: nos caerán barriles, querrán quemarnos con rayos láser, caeremos por huecos imprevistos y deberemos tener cuidado de no pisar los cepos. Hay muchos escenarios con mecánicas propias. Esta entrega también tiene la particularidad de ofrecer cuatro finales diferentes, en función de ciertos eventos que ocurren durante el mismo. Un final bueno, uno malo, y dos neutrales. Pero no es sólo el final lo que cambia. En cierto momento tendremos que salvar al jefe de policía de la ciudad, que ha sido raptado para ser substituido por un clon robótico. Podemos lograrlo o no. Si lo logramos, continuaremos nuestro camino para vencer a Mr. X y obtener el final bueno (o no). Si no lo logramos, continuaremos por otro camino, yendo al ayuntamiento de la ciudad a desenmascarar al falso jefe de policía, y nos enfrentaremos a él y a Shiva. Sí, el mismo Shiva que ya salía en Streets of Rage 2. Si vencemos, obtendremos uno de los finales "neutrales". Si llegamos a Mr. X, debemos vencerlo en un tiempo concreto. Si lo hacemos, obtendremos el final bueno. Si no, obtendremos el final malo, en el que vencemos a Mr. X pero la ciudad vuela por los aires.

En cuanto a la banda sonora Yuzo Koshiro deja en este caso las labores de composición para ejercer de productor musical del juego. La labor recae en Motohiro Kawashima, basándose en gran parte en el trabajo de los juegos previos. El señor Koshiro incluso programó un novedoso sistema para generar música dinámicamente en ciertos momentos. El resultado es bueno, pero no excelente. Se mezclan piezas muy buenas con piezas, directamente, malas, demasiado estridentes y distanciadas del estilo habitual de la saga. Prefiero la música de las entregas anteriores.

En resumen: un juego con un gran nivel gráfico y sonoro, cerca de la anterior entrega de la saga. Mejora ciertos aspectos, como el argumento, y empeora otros, como la banda sonora. Pero lo importante es que es un juego tremendamente divertido en su versión japonesa, y frustrante y censurado hasta el absurdo en su versión occidental. Por lo tanto os animo a probar la versión japonesa y disfrutar de lo que ahora considero otra maravilla de los beat 'em up.

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