
Algunos
reploides, a los que se bautizará posteriormente como Mavericks, empiezan a
mostrar tendencias agresivas frente a los seres humanos, por lo que se
considerará necesaria la creación de un nuevo escuadrón que se encargue de mantener
a raya a los violentos disidentes. Los miembros de este escuadrón descubrirán
lo cerca que están de su principal enemigo cuando Sigma, el que antaño fuera su
líder, se convierta en un Maverick y encabece la rebelión de los robots contra
la raza humana. X, considerándose en parte responsable de este conflicto parte
en un viaje que le enfrentará a los cabecillas de esta revuelta.
X no cuenta con la ayuda de animales robóticos como Rush o Beat, y tampoco puede realizar el clásico movimiento de la zancadilla, pero sigue contando con su mega Buster, ahora denominado X-Buster. Como novedad pulsando un botón, X dará un acelerón, de un modo similar al movimiento deslizante de los juegos clásicos, solo que aquí, podemos disparar mientras lo hacemos y también podemos saltar con más comodidad. Además tiene la habilidad de engancharse a las paredes, y utilizarlas para darse impulso. No es lo único, pues a medida que vayamos avanzando podremos hacernos con más habilidades.
El esquema de juego resultará familiar para quienes ya hayan jugado a la saga clásica. Antes de poder afrontar las últimas pantallas, Mega Man deberá enfrentarse a ocho robots enemigos diferentes. Cada uno de ellos preside su propio nivel, y podemos escoger el orden en el que queremos enfrentarnos a ellos. Sin embargo, existen algunas circunstancias que condicionan nuestra libertad de elección. Por ejemplo, cada vez que derrotemos a un villano nos apoderaremos de una nueva arma que resultará especialmente útil a la hora de plantar cara a otro de los jefes. ¿Qué significa esto? Que si les derrotamos en un orden específico, los enfrentamientos resultarán más asequibles.
El problema es que en un principio no conocemos el esquema de debilidades. Resulta sencillo adivinar que si nos enfrentamos con un pingüino que vomita fragmentos de hielo nuestra mejor elección es el lanzallamas. Pero no siempre va a resultar tan obvio. Hay jefes que resultan muy peligrosos si no contamos con esta ayuda suplementaria, pero otros tampoco lo son tanto como para que realmente dependamos de ella. Así pues, es probable que, a pesar de contar con un variado arsenal, sean las brillantes ráfagas de nuestra arma por defecto, el X-Buster, les hagan morder el polvo. Por si todo esto no fuera suficiente, también podremos pilotar, en momentos puntuales, unas armaduras de combate llamadas Ride Armor, que nos permitirán arrasar alegremente con todo lo que se cruce en nuestro camino.
Al igual que solía suceder en la saga original, nuestro héroe podrá volver a jugar cualquier nivel con excepción de la zona de introducción y las últimas pantallas. Y hará muy bien en hacerlo si quiere enfrentarse a Sigma con garantías. En los niveles podremos encontrar, la mayoría de veces ocultas, las distintas piezas de una armadura; también corazones, que aumentarán el tope de nuestra barra de vida, y E-Tanks, que podremos utilizar para curarnos en cualquier momento, siempre y cuando los carguemos antes de energía. No estamos obligados a coger estos objetos, pero a menos que queramos marcarnos un reto personal nos será de gran ayuda encontrar al menos unos pocos. Hay una complicación añadida: algunos de estos objetos son inalcanzables si antes no nos hemos hecho con una pieza de equipamiento o arma determinada, por lo que será recomendable memorizar todas esas zonas a las que no podemos llegar para volver a explorarlas en un futuro.
El
juego fue incluido en Mega Man X Collection para PlayStation 2 y GameCube.
También existe un remake para PSP conocido como Mega Man Maverick Hunter X, y también
salió en el recopilatorio de la Classic Mini Super Nintendo. En resumen,
estamos ante otra maravilla de Capcom, con una jugabilidad exquisita, un buen
reto para el jugador, con unas melodías que se te graban en la memoria, con
mucha rejugabilidad de las fases para encontrar todas las partes de la armadura
que están escondidas (y poder realizar el famoso golpe Hadoken), todo embutido
en un gigantesco cartucho de doce megas que inició de forma perfecta su
andadura en los 16 bits, y que todavía nos dejaría dos entregas más para la
Super Nintendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario