sábado, 16 de enero de 2021

Super Aleste/Space Megaforce (Compile 1992)

Super Aleste, también conocido bajo el título de ‘Space Megaforce’ (USA) es un estupendo shoot ´em up programado por Compile, empresa que cuenta en su currículo con trabajos de la talla de ‘Gunhead’ (Blazing Lazers), ‘M.U.S.H.A’. o ‘Robo Aleste’, entre muchos otros. Fue publicado por Toho para Super Nintendo en 1992, formando parte de la saga Aleste que se prodigó bastante dentro de los sistemas de 8 y 16 bits de Sega. Por desgracia esta saga nunca llegó a un público mayoritario y la versión de Super Nintendo no fue una excepción. Sin embargo, estamos ante un juego con una realización técnica excelente, de los pocos cartuchos que realiza de forma solvente un uso tan exhaustivo del procesador de Super Nintendo, ejecutando a la vez múltiples planos de scroll, deformaciones en tiempo real, reescalados a velocidad de vértigo (mediante el uso del afamado MD-7), mostrando sprites gigantescos por doquier, cientos de enemigos en pantalla, explosiones, disparos, transparencias… todo ello sin ninguna ralentización. Todo un logro.

Volviendo al juego, si en temas gráficos se puede calificar de impresionante, cuando hablamos de su apartado musical todo son alabanzas dado que la banda sonora del título es brutal, conteniendo una variedad de estilos que casan perfectamente con la acción mostrada, pudiendo encontrar desde temas inspirados en la música new age, hasta ritmos rapidísimos al estilo metal, e incluso albergando piezas de música con clara inspiración techno. Aun pudiendo resultar en una extraña mezcla, todas van acorde, destilando un buen hacer impresionante y convirtiéndose, por méritos propios, en una de las mejores BSO del sistema. Con los FX sucede exactamente igual, desde la voz que nos informa del arma adquirida, hasta la explosión más reverberante, todas están muy cuidadas.

Super Aleste nos invita a recorrer sus doce fases, si escogemos el nivel de dificultad normal, siendo un número muy por encima de la media (el doble que en Axelay, por ejemplo), contando todas ellas con un acabado de diseño a la par que su aspecto técnico y sonoro. No hay ninguna fase desechable, todas son igual de trepidantes y en cada una encontraremos obstáculos propios y muy bien diferenciados, como en el caso de ciertas rocas que han de eliminarse en un orden lógico, de la destrucción de ciertas partes de las fases (si no las destruimos, impactamos contra ellas, y son pantallas con scroll forzado) o de la exigencia de limpiar ciertas pantallas antes de acceder al enfrentamiento contra el jefe final de turno (el nivel de la estación espacial, con su impecable zoom constante requiere que lo recorramos una y otra vez hasta limpiarlo de enemigos menores).

La selección de armas es de lo mejorcito dentro del género, aportando ocho tipos de disparo diferentes, cada uno con alguna variación en su uso, y además ampliable a seis niveles de potencia. Además muchas de ellas son impresionantes -como el disparo de esferas, o el eléctrico, sacado de Gunhead-, además de suponer todo un espectáculo visual cuando las tienes a plena potencia. También cuenta con un balance de dificultad muy apropiado, pero como en todo juego de naves con power ups que se precie, dependerá mucho del disparo elegido y de que no nos lo quiten en el momento más inesperado. De hecho si ya tenéis uno favorito a máxima potencia nos veremos obligados a esquivar los power ups que aparecen en pantalla y que no nos interesan, casi más peligrosos que una nave enemiga.

Cada vez que nos alcance el fuego enemigo perderemos potencia de disparo (hasta dejarnos en el mínimo) y si recibimos otro disparo volveremos a empezar de nuevo (en el mismo punto las tres primeras vidas o naves extras, el resto desde el inicio de la fase). Para los que superen el modo normal sin demasiado esfuerzo, Compile ha creado un modo especial con solo tres vidas, que supone todo un reto adicional muy a tener en cuenta.

Como curiosidad mientras que las versiones NTSC-USA y PAL son prácticamente iguales, la edición japonesa cuenta con un mayor número de pantallas, al aportar niveles de bonus tras cada fase principal. Además, podremos saber más sobre la historia si completamos el modo principal en diferentes dificultades, ya que además la trama se va desarrollando mediante secuencias entre fase y fase. Por desgracia todo esto fue inexplicablemente cortado en la versión occidental, ofreciendo un final mucho más sencillo, eliminando las secuencias de transición, y omitiendo algunas escenas de la intro. También se eliminó por completo la presencia de los dos personajes principales de la aventura: Raz, el veterano piloto que maneja el Super Aleste, y su copiloto Thi, una bella alienígena que fue rescatada de la misteriosa esfera que sirve como base del enemigo. El papel de Thi aparenta ser verdaderamente importante para la historia, ya que parece poseer poderes especiales que podrían ser la clave de todo. Otro ejemplo más de cómo a principios de los noventa todavía se descuidaba el mercado europeo y estadounidense, y llegaban versiones censuradas y mutiladas de los juegos –cuando llegaban-, que en Japón se vendían con normalidad.

En resumen, estamos ante uno de los mejores shoot 'em up (junto a Thunder Force IV, Axelay, R-Type III o Parodius) de la era de consolas dieciséis bits, pero que a pesar de tener todo a favor pasó totalmente inadvertido, teniendo una ventas más que discretas. Lamentablemente no existen reediciones posteriores de ningún tipo, ni siquiera en la Consola Virtual. De modo que, si no lográis haceros con un cartucho, tendréis que buscar alternativas más asequibles como la emulación. El tiempo es el padre de la verdad, sirva esta reseña y las múltiples partidas que hay subidas a YouTube para que sea un poco más conocido y los fanáticos de este género puedan descubrirlo. Merece la pena.

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